Aventuras de niño

su fragancia de aventuras infinitas
y la pondré de alfombra a tus pies
como un principio de vita.
En tiempos de mi infancia, recorrí miles de pueblos. Conocí cerros que subí a grandes pasos y de los que miserablemente descendía. Me acerqué a la cima de volcanes y admiré su lava transitar por la tierra. Unte mis dedos con barro y con la ceniza barnizaba las uñas. Comí sendas tortillas de tierra y barro. Perseguí monstruos de patas peludas. Bebí ríos, canales y esteros en los que ma ahogaba constantemente. Anduve en las orillas de precipicios balanceando el alma por los que desbarrancaba a diario. Al término de cada aventura, sin embargo, mi cuerpo parecía indemne y mi corazón palpitando, queriendo arrancar del pecho e inventar otra historia. Una nueva historia palpitante de aventuras. Diferente a la del día anterior. Una aventura de niño.
0 comentarios